Ese es mi penoso historial amoroso: tres churris y un marido. 

A los cuatro los he dejado yo (bueno, el último es dudoso, quizá sea un fifty-fifty) y además, por ciclos de ocho años.

Al principio pensé que ellos eran los inadecuados y que yo era una santa… con mal gusto, pero santa.

Pero claro, eso lo puedes decir cuando llevas uno o dos pero cuando llevas cuatro te conviertes en el conductor del chiste, ése que enciende la radio del coche  y escucha la siguiente noticia:

«Tengan cuidado por la Nacional X que hay un coche circulando en el sentido contrario»
Y entonces va el hombre y dice: «¿Uno? ¡Todos!»

Con esto quiero decir que si recibes unas cuantas reseñas malas o poca calificación en Amazon, a lo mejor el problema no es que los lectores no entienden tu arte.

Resucitar manuscritos


Por eso es bueno contar con lectores beta que te ayuden a mejorar tu libro con sus opiniones sinceras y, en vez de ponerlos en la lista negra, hacer los cambios que te sugieren. Y por eso he creado una formación específica en la que enseño a «resucitar» manuscritos para no tirar a la papelera de tu ordenador un manuscrito que tanto trabajo te ha costado y eso… ¿sabes donde lo aprendes? Pues en la Formación Continua de Trebolarium.

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