Doy formación hasta en sueños. 

Esta noche he soñado que una clienta de mi tía Dólar quería vender relojes y mi tía Dólar le estaba diciendo que el tipo de reloj que quería vender no tenía éxito, que era un pedo muy feo. Entonces me enseñó el reloj a mí para que le diera la razón a mi tía pero yo no se la daba. 

Yo parto de la idea de que para todo escritor, siempre hay un lector (es uno de los mantras de Trebolarium).

Así que cogí el reloj, lo miré y no vi nada que me pareciera feo pero tampoco excepcional. Le pregunté a la mujer:

—¿A ti te gusta este reloj?

—Si —me contestó—.

—Si a ti te gusta este reloj, entonces es que debe haber gente en el mundo, entre los miles de millones de personas de este planeta, que también debe gustarle. El reloj en sí no es ni un éxito ni un fracaso. El éxito o el fracaso está en saber llevar el reloj a las personas que, como tú, también les gusta. 

En honor a mi tía Dólar, aquella mujer llamó a su reloj «Pedofeo» y salió en las noticias por el nombre. Se hizo famosa y vendió relojes como papas.

Qué sueños más raros ¿verdad? El caso es que este sueño es una invitación a que tú no abandones tu libro porque no sabrás si tiene éxito o no hasta que no lo lances al mercado. 

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