El momento más difícil de mi vida.
Mientras trataba de asimilar aquellas palabras, le pregunte al medico, que es lo que me esta diciendo ? El doctor me dijo:
«Es necesario que te amputemos la pierna si quieres vivir»
Aquella respuesta me dejo mudo, había aceptado el suceso de mi accidente y durante el día yo había pasado pensando: «En unos días saldré de aquí y todo volverá a su normalidad y estaré bien, solo necesito esperar a que sane la herida».
Pero ahora recibía una noticia que cambiaría mi vida por completo, estaba en el equipo de fútbol del instituto, me gustaban las fiestas, bailar era una de las cosas que más me gustaban, aparte de eso pensaba en como me verían ahora mis amigos, mi novia, cómo podía continuar con ella en semejantes condiciones, cómo seria mi vida a partir de ese momento… fue una avalancha de pensamientos lo que vino a mi mente en aquel instante, pero de lo que si estaba seguro era que no estaba de acuerdo con la decisión de los doctores y en medio del llanto y la desesperación exclamé:
¡¡¡¡¡No estoy de acuerdo dejen morir, yo no quiero vivir invalido!!!!!!!
Prefería morir antes que verme avergonzado por una sociedad que solo podía sentir lastima por mí, al menos ese era mi pensamiento en ese momento.
Superación.
Ese libro siempre había estado ahí, pero nunca consideré leerlo, ese día al tomarlo en mis manos algo sucedió, sentí un gran deseo de leerlo, cosa que nunca había pasado por mi mente, al tomarlo en mis manos lo abrí sin saber qué leer y dónde leer, pero Dios ya me tenia preparada la porción y el libro se abrió en el capitulo 9 de Marcos y mis ojos se fijaron en el verso 45, no podía creer lo que estaba viendo, en el verso yo estaba leyendo lo que me había pasado y más aun me estaba advirtiendo del peligro que yo corría de no aceptar la advertencia de Dios, cuando leí esas palabras me quede sin aliento, nunca había leído la Biblia, pero Dios me estaba esperando con paciencia.
«Y si tu pie te fuera ocasión de caer, córtalo , mejor te es entrar en la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado», Marcos 9:45, leí esas palabras una y otra vez y rompí en llanto, jamás creí que lo que me había pasado estuviere escrito en la Biblia, fue algo sin precedentes lo que me sucedió esa noche, lleno asombro y envuelto en llanto le dije a Dios, señor si en verdad existes y me puedes ayudar por favor hazlo, yo te necesito y quiero que entres en mi vida, perdóname por haberte negado todo este tiempo y por haberte ignorado, he hablado mal de ti muchas veces, y hasta te he culpado por lo que me paso, pero ahora señor me doy cuenta que siempre has estado aquí a mi lado cuidándome y esperando por mi, te doy gracias por haberme hecho entender y por que has abierto mis ojos y mi corazón, te entrego mi vida y haz con ella lo que tú quieras.
Esa noche lloré tanto, hasta quedarme dormido y no sé en qué momento sucedió. Al día siguiente me sentí como nuevo, algo había sucedió en mi, ahora mi vida estaba en las manos de Dios y bajo el cuidado de nuestro señor Jesucristo.
Después de eso empecé aquedarme en la reunión y dos sábados más tarde hice publica mi conversión delante de los hermanos que asistían a la reunión.
Dios había hecho un cambió tan grande en mí, que a partir de ahí comencé a preguntar a los hermanos cuál sería el siguiente paso a dar para acrecentar mi relación con Dios, El líder de la reunión me hizo ver que tenía que bautizarme, como un paso de obediencia. Pregunté cuáles eran los requisitos para poder bautizarme y me dijeron que sólo debería sentir el deseo de hacerlo, estar casado o soltero y tener una buena comunión con Dios…, me impartieron las charlas del bautismo y luego pasé a dar el paso de obediencia. Había pasado 5 años enojado con Dios y ahora en menos de un mes, mi vida había experimentado un cambio tan grande que no podía explicarlo.
Yo no se cuál es el problema por el que tú estas atravesando en este momento, pero si al leer este libro, tu vida se encuentra en dificultades y has llegado al punto de no encontrarle sentido o si estas enojado con Dios por alguna situación que te ha sucedido y que no has podido superarlo, yo te invito a que recibas a Jesucristo como tu salvador personal y le entregues tu vida a El.
Sólo restableciendo nuestra relación con Dios por medio de su hijo, es que podemos entender todas las cosas, aun aquellas para las cuales no encontramos respuesta, Él se encarga con el tiempo de hacerte ver las razones por las cuales has pasado por esos momentos difíciles.
Así termina la primera parte de mi libro, después de esto ocurrieron muchos sucesos que me permitieron ver el poder y el amor de Dios en mi vida.
El Universo de Ricardo Guzmán Aguirre
Su libro «Al final de todo está Dios»: https://amzn.to/3sW2bru
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