Estoy viendo «Sexo en Nueva York». Me encantó la serie y me está volviendo a gustar muchísimo. 

Pero al verla por segunda vez he descubierto algo.

¿Te acuerdas de las cuatro amigas?

Una era Miranda, la cínica, la abogada pelirroja. La otra era Charlotte, la amiga cursi y todo lo quería perfecto y luego estaba Samantha, la diosa del sexto la que no tenía cortapisas ni en la cama ni en la boca.

Si observas a la narradora y protagonista, Carrie Bratshaw, te das cuenta de que es una mezcla de las tres.

O mejor dicho… y aquí está la gran técnica, las tres amigas son los distintos alter egos de la protagonista llevados al extremo.

Es una gran forma de hacer una fórmula que funcione porque así, los diálogos y las escenas cobran una gran vida ya que los personajes tienen mucho juego entre si.

Un ejercicio divertido sería que hicieras una lista de todo lo eres. 

Por ejemplo, esta soy yo:

artista,

Parlanchina

despitada

desordenada

generosa

y de cada faceta puedes hacer un gran personaje si exageras cada una:

El artista solitario que ve arte por todos lados y llega a puntos egocéntricos.

El personaje parlanchín que es agotador pero para que los demás personajes le aguanten es porque dependen de él de alguna forma.

El personaje tan despistado que sufre accidentes y comete errores fatales y que no puede estar en ningún lado.

El diógenes.

El loco que regala dinero a desconocidos  con tal de que le reconozcan lo generoso que es.

Ahora mézclalos en una historia.

Alucinante ¿verdad?

Pues cuando escribas esa historia, después… Despega con tu libro  debajo de los deditos:

https://lanzamiento.trebolarium.com/despega-con-tu-libro

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

WhatsApp chat