La obesidad infantil es una enfermedad que se está convirtiendo en epidemia en nuestro país. Los hábitos alimenticios, la correlación entre la comida y las emociones, el desconocimiento nutricional y el incremento de presencia de azúcares y harinas refinadas en los alimentos procesados, hace que los ambientes que rodean a nuestros hijos sean obesogénicos, provocando en muchos de ellos, esta enfermedad.

A largo plazo, la obesidad lleva consigo el riesgo de padecer diabetes y enfermedades cardiovasculares, problemas hormonales, deterioro óseo entre las más comunes.

Los niños obesos tienen dificultades para respirar y conforme su obesidad va aumentando, comienzan a tener más problemas para poder moverse, lo que a su vez provoca mayor obesidad.

Numerosos estudios indican, además, que la grasa abdominal, impide la presencia de enzimas que actúan en el gasto de la energía y en las alarmas del hambre y por eso a los niños obesos les cuesta tanto adelgazar.

La obligación, el enemigo de la obesidad

Los padres preocupados por que su hijo engorda cada día más, intentan aleccionar a sus hijos para que traten de adelgazar. Les obligan con dietas estrictas y visitas a los nutricionistas. La consecuencia de esto es que el niño se siente cada vez peor consigo mismo y esto se presenta en forma de pasotismo, depresión, negación ante los tratamientos, etc.

Hay otros métodos

Definitivamente hay otros métodos para animar a nuestros hijos radicalmente diferentes a los métodos tradicionales que se alinean con los deseos del propio niño y con sus inercias como niños y está muy relacionado con la buena gestión de hábitos, sin exigencias, discursos ni obligaciones sino mediante métodos más amables para el niño.

En este pequeño audiocurso, «Cómo animar a tu hijo para que adelgace», de menos de una hora, te ofrecemos una propuesta de método para ayudar tu hijo a adelgazar. Una propuesta divertida que será aceptada de buena manera por tu hijo y que te permitirá ayudarle sin hacerle sufrir y sin llevarle al rechazo a causa de la tensión provocada por las exigencias de los adultos.

Este curso te dará ideas nuevas y te abrirá campos de experimentación alternativos con los que iniciar una nueva vía de comunicación con tu hijo para que él mismo desee adelgazar. A fin de cuentas, es algo bueno para ambos y seguro que tu hijo también lo desea porque, no lo dudes, lo que odia tu hijo es el método, no el fin.

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