(Transcripción)

Operación Dragón

¿Te puedes imaginar que hay una película donde coinciden Jackie Chan y Bruce Lee?

Pues sí, se titula “Operación Dragón”. Es la última película de Bruce Lee y Jackie Chan trabaja como extra en ella. Tras hacer esta película, Lee se recostó por un dolor de cabeza muy intenso tras el cual nunca volvió a levantarse. La historia de Operación Dragón es la de un luchador marcial shaolín de Hong Kong (Bruce lee) que es invitado a participar un torneo que organiza el Señor Hang en una isla de su propiedad. Hang es sospechoso de ser un narco y de utilizar la isla para sus negocios ilegales pero al ser dueño de su isla, la Inteligencia Británica (que es la que investigaba las actividades de Hang), no puede penetrar en la isla para investigar. Uno de sus agentes, se acerca a Bruce para que investigue por ellos. Lee acepta tras saber que el guardaespaldas de Hang mató a su hermana unos años atrás y se penetra como luchador para hacer sus pesquisas sobre el anfitrión.

El papel de Jackie Chan

Jackie actuaba como extra. En aquella época, era un miembro de la Escuela de Ópera de Pekin y esta película ayudó a impulsar su carrera. En la película es uno de los guardias con los que lucha Bruce Lee cuando entra en la guarida de Hang donde fabrica la droga.

Jackie Chan es un personaje bastante interesante y yo no lo sabía. No me gustaban mucho sus películas porque son más bien cómicas y además sus escenas de lucha yo las consideraba exageradas, como si estuvieran aceleradas pero desde que sé que nunca ha utilizado dobles para las escenas más arriesgadas (y por tanto se ha llevado unas cuantas lesiones) y que es multifuncional, que habla alemán, inglés, cantonés, mandarín, español y no sé cuántos idiomas más, además de ser un cantante reconocido en Hong Kong y que es director, acróbata, escritor y un gran filántropo… le tengo un enorme respeto.

Antihéroe

El papel clásico de Chang era el de antihéroe, persona poco entusiasta que se ve obligado a salvar a alguien (un niño o una mujer) y todo eso sin armas, sólo con su destreza. Tiene una enorme habilidad para quedarse en equilibrio en los sitios más inverosímiles, apoyado sólo por el dedo gordo del pie y además le acompaña siempre una enorme sonrisa que, dicen los que le conocen, también le acompaña fuera de las cámaras.

Y tooodo eso lo he descubierto buscando películas que se titularan “operación algo”. Parece ser que hay una película española harto polémica que se llama “Operación concha”. No sé de qué va pero hay varias opiniones contradictorias sobre la película. También he encontrado una “Operación Masacre”, una película argentina que fue escrita y producida en una época donde estaba totalmente prohibida y que les hubiera costado importantes consecuencias de haber sido pillados infraganti, «Operación cacahuete», una película de niños que promete ser divertida y, claro, cómo no, “Operación Valkiria”, una película que protagoniza Tom Cruise, sólo que no se llama “Operación Valkiria” sino sólo “Valkiria” y no me servía como referencia para el tema de este capítulo de «Piensa y Adelgaza».

Hasta que leyendo sobre «Operación Dragón», descubro que Jackie Chan actuó como extra y aluciné en colores… Jackie Chan y Bruce Lee… ¡qué gran tema! Y como ya te he hablado de Bruce Lee, decidí enfocarme en Jackie y me ha sorprendido hasta a mí. Las películas de Jackie se veían mucho en mi casa porque tengo dos peliculeros amantes de los héroes de segunda fila donde yo coloco a Jackie Chan y a Stegal (es decir, Steven Segal) y Jean Claude Van Damme. Estoy segura de que alguien se sentirá ofendido por mi clasificación y, reconozco que desde que he leído la historia de Jackie Chan, estoy dispuesta a corregir mi criterio y a respetar más a estos actores.

Pero, en realidad, los actores no son el problema. El problema está en el género de las películas… que no me gustan y eso no los hace malos actores. Yo de interpretación no sé mucho, nunca he tocado ese palo ni creo que pueda hacerlo, pero las historias que interpretan los actores, las juzgo como lectora o como peliculera y claro, hay grandes diferencias entre películas inspiradoras y películas entretenidas y las segundas pueden llegar a rozar el aburrimiento para algunos plastas como yo, que buscamos sólo las grandes historias. Así que pido perdón por mis gustos si a consecuencia de éstos, vierto opiniones erróneas a juicio de otros…. Aunque he de indicar también que no será la primera vez que tenga que hacerlo porque seguiré vertiendo opiniones, como todo hijo de vecino.

Eso sí, mi respeto, por delante.

Operación «Algo»

Y dicho esto, ahora voy a explicar por qué mi empeño en hablar de una película que se titulara “Operación algo”

Como te puedes imaginar, la clave está en la palabra “operación”. Y es que quiero hablar de operaciones.

Como sabes, yo estoy operada de una banda gástrica que me voy a quitar dentro de muy poco. Quizá haya un día de estos en que no pueda grabar mi podcast y será por esto que te cuento. Serás informado cuando esto suceda.

El caso es que quiero contarte el proceso de mi banda. Quiero contarte por qué me la puse y por qué me la voy a quitar y además quiero contarte todo esto sobre todo si estás pensando operarte del estómago. Ayer se me ocurrió una idea de libro que iba a titular algo así como “No te operes el estómago antes de leer este libro”.

Cambio mental antes del cambio físico

Mi gran mensaje para el mundo es que se puede hacer un cambio mental antes de decidir hacer un cambio físico. Se puede trabajar en ser más fuerte en el plano psicológico antes de ofrecerle a un cirujano el poder sobre nuestro cuerpo. Se puede hacer un cambio  y siempre puedes operarte después si algo falla… pero siempre hay que intentarlo todo, antes que rendirse a la solución quirúrgica. Me hubiera gustado poder leer ese libro antes de tomar la decisión de operarme y lo pienso escribir cuando termine el que estoy escribiendo, que, por cierto, se titula “El sentido común no sabe remar” que está enfocado en lo que tienes que hacer para cumplir tus sueños que prácticamente consiste en alejarte del sentido común… entre otras cosas.

Yo me he pasado, como muchos obesos, toda mi vida adelgazando y engordando. Podrás ver fotos mías que estoy hecha  un figurín y otras que te espantarían. No te voy a contar más de esa época porque la reservaré mejor para el libro pero digamos que era una época en la que adelgazaba cuando seguía una dieta y engordaba cuando dejaba de seguirla. Las personas que estamos «en proceso de», cuando dejamos una dieta no nos quedamos como hemos logrado sino que poco a poco empezamos a engordar a un ritmo de un kilo a la semana y al cabo de diez semanas, ya tienes diez kilos. A lo mejor vas un poco más lento y engordas un kilo al mes… pero si relajas los hábitos… engordas.

Hasta ese momento, tenía conocimientos experienciales, es decir, sabía qué engordaba y qué adelgazaba por las dietas que me habían prescrito los distintos profesionales con los que he trabajado pero no sabía mucho de alimentación.

Una proposición

Llega 2013. Había estado delgada y algo cambia en mi vida. Un cúmulo de fracasos y una imposibilidad para tomar las riendas de mi alimentación me encierran en una espiral que hace que coja kilos como quien coge piedras en una cantera. Entro en un círculo vicioso de fracasos que hace que la baja autoestima me lleve todavía más abajo y mis padres toman una decisión por mí y me la ponen en bandeja. Ellos tenían un dinero ahorrado y deciden proponerme la operación.  Yo lo pensé durante una semana. Al principio me pareció aberrante la idea, me pareció un fracaso más, pero luego, con los días, lo vi como un cambio en mi suerte. Pensé que esa operación podría ser una reversión de mi suerte: me opero, adelgazo, me siento mejor conmigo misma, la gente me empieza a preguntar, consigo adelgazar, me pongo a vender productos de herbolario como una loca, levanto el negocio y salgo adelante… una red de pensamientos un poco errónea pero suficiente como para decantarme por la operación.

Así que me opero y empiezo a adelgazar. Mi negocio no se levantó nunca si esa es tu pregunta. De hecho, tuve que cerrarlo. Pero sigo adelgazando y, por ese lado, bien. Poco a poco me van apretando la banda gástrica… hasta que tengo mi primera crisis.

Mi estómago se cierra un día y no me pasa ni la saliva. Desde entonces empiezo a encadenar crisis tras crisis y me tienen que aflojar. Durante ese tiempo sigo adelgazando pero ya no es una forma de adelgazar sana porque a partir de ese momento empiezo a adelgazar a base de vomitar.

Aun así estoy contenta con mi nuevo aspecto y es cuando empiezo a escribir el libro «Piensa y Adelgaza».

En el libro me doy cuenta de que sigo siendo una persona mentalmente obesa y explico lo que sé me ha funcionado en el pasado y se puede implementar de una forma sencilla.

Las crisis siguen apareciendo y me tienen que ir aflojando más y más cada vez.  Entonces empiezo a engordar de nuevo a una velocidad vertiginosa y me doy cuenta de que tengo que seguir aprendiendo. Tengo que seguir leyendo y tengo que seguir descubriendo. 

Helicobácter Pylori

Me hago la prueba de la Helicobácter Pylori y descubro que da positivo. es una bacteria que causa inflamacion y úlceras también y podría ser la razón por la que se me inflama el estómago y se me cierra. Me tratan con antibióticos para ver si es eso lo que resuelve mi problema con las crisis del estómago (esto fue el año pasado), pero no se resuelve. El estómago sigue inflamándose lo que hace que tenga que ir corriendo a la clínica desde Almería hasta Granada para que me aflojen la banda (es muy difícil encontrar profesionales que sepan hacerlo). 

Operación operación 

Entonces empiezo a darme cuenta de que quizá algún día nadie pueda aflojarme la banda y tomo una decisión: pienso quitarme la banda pero antes tengo que hacer dos cosas: una adelgazar por mi cuenta y la otra, levantarme económicamente para pagarme la operación. 

Así que me he montado un proyecto que he llamado «Operación operación». 

Un día se me ocurre pensar que a lo mejor se me inflama el estómago a causa de  una alergia. Estudio sobre la inflamación y descubro que sí, que podría ser. Voy a la farmacia, pido un antihistamínico y descubro que sí, que me funciona. Sin embargo, como bien dijo un doctor años después no se puede estar toda la vida tomando antihistamínicos. 

Le digo a la médica que quiero quitarme la banda y me hago un tránsito y descubren que la banda me ha ocasionado una hernia de hiato así que la propia médica ha optado por quitarme la banda sin cobrarme. 

Así que dentro de pongo tendré una vida más o menos normal, con hernia pero sin vómitos. 

Todo te enseña algo y a mí la banda me ha enseñado que aunque tú le pongas un freno a tu estómago, tu cerebro seguirá siendo obeso. Me dí cuenta de que hay que educar el cerebro. Sin cambios en las neuronas no puede haber cambios en el cuerpo. 

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