Mi mentor literario y yo somos unos gamberros.
A veces hablamos de escribir y a veces nos da por cantar.
Esta vez hemos mezclado las dos cosas.
Vamos a hacer unos recitales en bibliotecas donde cantamos y leemos poemas de los grandes.
Total
que mi mentor es a la vez mi alumno.
El me enseña increíbles secretos de escritura y yo le enseño trucos para cantar mejor.
Resulta que a él le pasa una cosa muy curiosa. Cuando cantamos en su casa canta mejor que cuando cantamos en la mía y eso ocurre porque le da apuro molestar (eso me dice).
Fíjate cómo una creencia limitante puede impedirte cantar.
Pues con la escritura pasa lo mismo.
Las grandes barreras del escritor no están ni en la técnica, ni en la ortografía ni en la calidad del libro como creen ellos.
Está en la autoestima.
La baja autoestima hace que no quieras enseñar tu trabajo, que no quieras publicar, que aunque publiques no quieras publicitarlo por miedo a las críticas.
Y eso… les ancla siempre a un deseo al alcance de sus manos pero inalcanzable para su mente.
Por eso estuve trabajando mucho en eso e hice un curso de motivación para escritores.
Es el curso que más me ha comprado la gente, supongo porque es el que más necesitan.
Total
que este mes, como es nuestro mes, te lo vuelvo a ofertar.
Hacía un año que no lo ofertaba y vete tú a saber cuándo lo volveré a hacer así que yo que tú aprovechaba.