Mi experiencia escribiendo el blog “Vivir sin maltrato ¡Se puede!” me llevó a la conclusión de que se habían escrito muchos libros sobre el maltrato pero no conocía ninguna guía sobre cómo prepararse para escapar de un maltratador (o, mejor dicho, de una pareja maltratadora, ya que mi bagaje por estos angostos caminos me ha llevado a conocer hombres maltratados, a veces por mujeres y a veces por otros hombres). Por eso decidí escribir un libro que permitiera a quien lo leyera saber cómo tomar la decisión de escapar de su verdugo, cuándo y de qué manera escapar, cómo prepararse para la fuga, cómo prepararse psicológica y económicamente y sobre todo, cómo lidiar con todos los sentimientos que presionan a una persona que vive con otra que le maltrata.
Quería que se titulara algo tan sencillo como esto: “Cómo escapar de tu maltratador”. Sin embargo, un amigo escritor me invitó a que buscara un título diferente. Entonces recordé los poemas que yo escribía cuando vivía con un maltratador y, concretamente desempolvé de mi memoria estos versos:
Mis manos son mis alas
el ruego del cielo
porque su batida le acarice
viajantes insistentes
luciérnagas diminutas
que alumbran mi anhelo.
Mis manos romperán los diques
que las ordenes han puesto en mi vida.
Para mí las alas significan la posibilidad de volar y todos tenemos alas en nuestras manos y en nuestra mente. Todos, por muy encarcelados que nos encontremos, tenemos la posibilidad de preparar una fuga. No importa que esa fuga se materialice en un año o en dos. Lo importante es enfocarse en preparar la huida, como el preso paciente que está cavando un túnel día a día con una cucharilla. Justo en ese momento, el tiempo de afilar las aladas para tenerlas listas para volar en cualquier momento, ya somos libres aunque sigamos presos… porque ocurrirá: el preso se escapará, el pájaro volará, tú saldrás de esa relación de maltrato… estoy completamente segura.
Aprende cómo afilar tus alas con esta guía:
