Siempre me gusta contar un cuento para ilustrar la esencia de cómo promocionar un libro.
Mi alumnos están hartos, los pobres, de escuchar este cuento:
No sé por qué a mí me viene el nombre de Margarita.
Pues el caso es que Margarita estaba caminando por el bosque y se encuentra un manzano que se lamentaba. Ella le pregunta qué le pasa y el árbol le cuenta que tiene demasiado peso en las ramas. Ella decide ayudarle quitándole algunas manzanas y el árbol agradecido se las regala.
La niña sigue caminando y se encuentra una anciana que estaba llorando y le pregunta por qué llora y ésta le cuenta que tiene hambre y que lleva varios días sin comer. Margarita le regala las manzanas y en agradecimiento, la anciana le regala una palabra mágica y le dice que cuando vea a un sapo, le tiene que decir la palabra.
Al rato de su paseo por el bosque, Margarita se encuentra el sapo del que le habló la anciana y le dijo la palabra mágica y éste le mostró una pequeña puerta y la abrió. El sapo le invitó a coger lo que quisiera. Se trataba de un tesoro.
La niña se fue corriendo a su casa para llevarle el tesoro a su familia que era humilde y que le vino de perlas (nunca mejor dicho).
Margarita tenía una hermana envidiosa que escuchó la historia y quiso ir para llevarse un tesoro para ella sola. Memorizó la palabra mágica que mencionó su hermana y se dirigió hacia el sitio que ella había contado.
Pasó por donde estaba el árbol. Las manzanas que le quedaban habían engordado y otra vez le pesaban. Le pidió ayuda a la hermana pero esta le dijo que tenía prisa y que no le podía atender. Pasó por donde la anciana que lloraba porque ya se había comido todas las manzanas y la hermana le dijo que nanay, que tenía prisa.
Cuando llegó donde el sapo, dijo la palabra mágica pero ésta no funcionaba porque la palabra mágica la cambiaba el sapo cada día y sólo la anciana podía decirle la nueva palabra mágica.
Te preguntarás por qué te escribo este cuentecillo y qué tiene que ver con regalar libros.
Te lo he contado porque muchos escritores piensan en el dinero perdido cuando regalan un libro pero nunca piensan en la oportunidad ganada cuando lo hacen.
Debes regalarle tu libro a todo aquel que pienses que puede ayudarte a conocer tu libro aunque sólo tengas una ligera sospecha y, cuando lo hagas, regala siempre dos para que esa persona tenga la capacidad de regalar tu libro a otra persona.
Debes regalar libros a medios de comunicación, influencers, amigos, personas que conocen a otras personas que pueden necesitar tu libro, instituciones, ongs y fundaciones… tu camino de regalo NO TERMINA NUNCA.
Uno de los lemas de Trebolarium es «No queremos vender un libro, sino enamorar a un lector».
Cuando tienes esa visión largoplacista, tu camino de escritor se dispara. Cuando decides enamorar lectores, éstos no te comprarán un libro, te los comprarán todos.
¿Quieres seguir el camino de enamorar lectores? Pues te espero en la Formación Continua de Trebolarium.
Me encanta la historia y tiene una moraleja que deja una gran enseñanza Compartir para que todo fluya y no se aniquile el proceso de evolucionar Gracias
¡Muchas gracias, Julio!
Me parce muy acertado el cuento y su significado, igualmente lo del regalo de libros es una buena solución, puedo decir que en mi caso regalo tanto como vendo o más.
¡Gracias Francisco! me encanta lo que haces.