Cuando los dioses no existían, mucho antes de Jesucristo, Moisés o el Bhagavadgītā, el ser humano se encontraba sólo con la naturaleza. Sus azares venían de ella y por tanto, sus preocupaciones, también venían de ella. Por eso empezó a pedir a la naturaleza clemencia o suerte para un mejor destino. Quizá, al principio, aquel ser primitivo se comunicaba con las nubes, las montañas, los ríos y mares, las plantas, de igual a igual, personalizándolos para poder pedirle lo que necesitaba de ellos. Seguramente, poco a poco, las antiguas palabras que nombraban a estas entidades terrestres, acabaron encontrando un nombre propio que los convirtió en Dioses y ahí se iniciaría el mundo de la religión. Se trata de suposiciones, por supuesto, de conclusiones tras el acto empático de ponerse en el lugar de aquel hombre primitivo que se encontraba indefenso ante toda la violencia de la naturaleza y sus momentos de escasez, o de demasiada abundancia, de peligros y de necesidades. 

Este ser primitivo se comunicaría con las plantas a través de su intuición y del contacto con éstas y de eso va el curso “Botánica Oculta”. En él aprenderás a comunicarte con los vegetales para su uso mágico. Realmente no es difícil intuir cómo establecer esa comunicación. Basta con tocar, sentir, tratar de escuchar… En el curso te enseñamos a desarrollar esta intuición.