Una vez conocí a una mujer que trabajaba en la Moraleja como empleada del hogar para un alto ejecutivo de Hacienda… eso que se supone que somos todos pero que yo diría que unos más que otros. 

Por aquellos entonces, yo trabajaba en las Oficinas Centrales de Bankinter, que están en Alcobendas, y por eso conocí a esa mujer que era la madre de mi novio de aquella época.

Un día, como quien no quiere la cosa, la madre de mi novio me contó que, en 2006 quería traerse a su otro hijo de Perú y le pidió a su jefe que le ayudara dándole un trabajo y así podría venir a España  con los papeles arreglados. 

El alto ejecutivo no parecía ser mala persona y estaba dispuesto a ayudarle pero le dio un consejo a la madre de mi novio. Un consejo muy interesante.

Le dijo:

«Te echaré una mano pero quiero que sepas que no es el mejor momento para que tu hijo venga a España porque va a empezar una crisis muy grande»

Recuerda el año: 2006.

Es decir, que en 2006, los altos ejecutivos de Hacienda ya sabían lo que venía.

Ahora te voy a contar otro detalle sorprendente. Hace un par de años yo estaba escribiendo un libro sobre cómo salir de una quiebra y se me ocurrió investigar los datos de suicidio de España en los últimos años. Descubrí algo alucinante. España había estado recogiendo los datos de suicidios  año tras año. No recogía la motivación, que era lo que yo buscaba (quería saber qué porcentaje de suicidios se producen por quiebra económica) sino sólo cuatro detalles geográficos como el sexo, las provincias y poco más.

Lo sorprendente, lo increíble, lo que te va a dejar de piedra es que el INE (Instituto Nacional de Estadística) decidió dejar de recopilar los datos de suicidio… adivina cuándo…. ¡En 2006!

¿Casas estos dos datos?¿Por qué un Gobierno decide dejar de recoger datos de suicidio? Sencillamente porque sabe que se van a disparar. En 2007 todo se estaba desmoronando. Nosotros nos enteramos en 2008

Ellos lo sabían en 2006

Qué fuerte… ¿no?

Saca tus conclusiones. Las mías es que estuvieron muy calladitos en dos años… dos preciosos años que quizá deberían haber tomado medidas de precaución, medidas para amortiguar lo que venía. Podrían habernos advertido, quizá para no tomar riesgos peligrosos como comprar una casa en esos años, por ejemplo.

 Callaron.

Por eso tienes que escribir.

Tenemos que ser la voz y la memoria.

Da igual lo que escribas.

Da igual si es ficción o no ficción.

Incluso hasta lo más anodino refleja cómo vivimos, lo que está pasando.

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