Algunos músicos son grandes genios y no saben ni siquiera lo que es una clave de sol. Y es que han desarrollado una capacidad de reproducir sonidos extraordinaria, lo que les convierte en grandes intérpretes e incluso en creadores musicales. Son capaces de visualizar los tonos, una percepción que no le es concedida a todos los músicos de carrera. Visualizar el tono, significa precisamente eso, visualizarlo en su mente, asociar el sentido de la vista al sentido del olfato y ser capaz de poder visualizar una música cuando la están oyendo. Hay músicos que ven rayas a distintas alturas… supongo que eso es lo que visualizaría quien inventó el solfeo, el lenguaje con el que se escribe la música.
Sin embargo, la capacidad de reproducir sonidos a la perfección no sólo es patrimonio de los visualizadores de tonos. También están los olfateadores de tonos, capaces de asociar tonos musicales con tipos de olores o los sensores del tono que asocian sensaciones a cada música y no debe ser patrimonio de los músicos genuinos porque, no debe ser una casualidad que los azules y verdes sean tratados como colores fríos mientras que los rojos y anaranjados sean tildados de calientes… no deja de ser una asociación de dos sentidos.
Pero quienes pueden percibir la música con dos sentidos o cualquier tipo de arte, comprenden con más eficacia los mecanismos de lo artístico hasta el punto de poder interpretarlo con una pasión que no es comprendida por los meros ejecutores de la música solfeada.
Esta cualidad es innata en estos descifradores de la música con sus oídos multisentidos pero ¿podría ser aprendida? Un estudioso de la música que no sabe manejarse sin partitura ¿podría aprender a interpretar de oído? Me resulta difícil considerar la necesidad de un virtuoso de la interpretación de aprender a tocar de oído. Sin embargo, quizá pueda comprender y, quien sabe, sentir la música con más de un sentido… es una experiencia tan increíble que uno no deja de asombrarse de la belleza de la música. A fin de cuentas, un visualizador de tonos, experimenta la música como si alguien estuviera dibujando un paisaje en sus oídos.
Por eso es tan fácil para un visualizador poder crear música, porque sólo tiene que trazar esbozos en el aire.