Ayer empecé a recibir mensajes… cómo podríamos llamarlos… fuera de tono de alguien que afirmaba que yo le gustaba pero, claro no sabía con quién había dado.
Si alguien inventó el ligoteo internauta soy yo.
Yo chateaba en foros de Terra cuando los gemelos Winklevoss aún no habían ni soñado con Facebook.
Pero también me di de bruces con la cara oscura del ligoteo internauta y es que fue en esos foros donde conocí al señor que inspira todos mis libros sobre cómo salir del maltrato.
Como comprenderás, ligar por internet me produce urticaria.
Total que soy una persona difícil, muy difícil, casi imposible de convencer por internet.
Soy como esas personas que nunca en la vida, por principios, se leería tu libro.
Eso quiere decir que no merece la pena, en absoluto, gastar un gramo de energía en tratar de ligar conmigo como tampoco merece la pena, para nada, tratarle de colocar tu libro a uno que nunca va a leer tu libro.
Pero pongamos que eres un cabezota y que quieres hacerlo.
¿Cómo lo podrías hacer?
Te lo voy a resumir con un proverbio chino:
«el hombre paciente cuece la piedra hasta beber del caldo»
Tendrías que conversar infinitas horas esa persona, satisfacer su curiosidad intelectual, desarrollar una amistad auténtica y desinteresada en el tiempo que fuera necesario porque tendrías que respetar sus tiempos…
Cuando hayas logrado la confianza suficiente, entonces podrías proponer una quedada física en un lugar público y seguro y todavía ser más paciente.
Tendrías que trabajar el noble arte de la conversación y ser un conversador brillante.
Tendrías que averiguar, a través de esa conversación qué le gusta a la persona que quieres conquistar, cuáles son sus sueños, sus anhelos… qué busca.
Vaya, te acabo de explicar cómo se alimenta una comunidad de lectores.
Total que si quieres profundizar en eso…
