Cuando escuchamos esta frase, solemos asociarla a una intención de expresar amor.  A veces se pronuncia precisamente para denostar que hay detrás un sentimiento sincero. Sin embargo, la mayoría de las veces, detrás de la expresión «No puedo vivir sin ti» se esconde una peligrosa dependencia. Una dependencia que no es en absoluto positiva ni para el que la expresa ni para el que la oye.

Cuando decimos «no puedo vivir sin ti» estamos cargando sobre el otro la responsabilidad de nuestra felicidad y eso no es nada justo para el receptor de esa frase.  Implica que en todas las acciones que acometa con respecto a esa relación, vendrán determinadas por la idea de que una separación podría hacer daño. Muchas autoesclavizaciones vienen precisamente de ese deseo de no hacer daño y alargamos relaciones que no deberíamos alargar porque alguien nos dijo que sin nosotros, dejarían de vivir.

Pero tampoco es sano ni positivo para quien pronuncia la frase. Significa que ama con dependencia, que establece vínculos con sus parejas que no están basadas en la confianza y el respeto sino en una peligrosa atadura emocional.

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